A Camila Sánchez Viera, que tiene 5 años y
concurre al jardín Araity, le encanta dibujar.
La creatividad empieza por casa: llegan los aportes
Lo que el viento no se llevó
Era un fondo grande.
La primera parte era embaldosada y tenía un aljibe. Luego se bajaba una escalera y estaba la alta palmera, cuatro frutales y al fondo, el gallinero con varias gallinas y un gallo.
- Por favor mamá, comprame otro canario.
- ¿ Otro más? Ya tenés 15 pájaros. ¿Viste la mugre que hacen?
- Es que se murió el más viejo y me quedó la jaula vacía.
- Ya ni los cuidás bien, ni los reconocés.
- Sí que los conozco. Sé quien me regaló cada uno. La tía me compró siete.
- Es que ella después no limpia.
- Tú tampoco mamá. Lo limpia Irma. Tú ni los ves.
- Claro, porque salgo a trabajar.
- Si, es cierto y yo me quedo con los pájaros.
Ella recordó cuando era una niña como Santiago, viviendo en esa misma casa.
Recordó la hora de la siesta, cuando los mayores desaparecían, y con su hermana se sentaban en las higueras del gallinero. Allí se saciaban de higos maduros y se contaban interminables historias.
Su hermana tenía una imaginación portentosa y la tenía en vilo con sus cuentos. Era tres años menor que ella, pero disfrutaba contándole historias que la aterrorizaban.
Siempre aparecían muertes, vecinos que se entremezclaban con sus vidas y en los últimos tiempos hasta marcianos.
Un día su madre la tuvo que llevar al médico porque estaba durmiendo mal y tenía pesadillas. Pero ese intercambio de cuentos, con el gozo del misterio y el terror, era un secreto de honor.
Por esos tiempos, su conducta parecía disparatada, y nadie entendía porqué no quería subir al altillo, donde había sólo una cama de una plaza, sin colchón. Allí, según su hermana, había ocurrido un terrible crimen, en el que la víctima fue la mujer del almacenero.
Tampoco entendían porqué había atado todas sus muñecas a la pata de su cama. A ella le alcanzaba disfrutar recordando la historia de lo que había pasado el día, cuando el viento se llevó todo.
Recordó el perfume de esas tardes. Perfume de cortezas y frutas. El gozo por aterrarse. El secreto compartido. Le pareció sentir ese perfume y miró a su hijo.
- ¿No te aburres con los pájaros?
- No, mamá.
- Que hacés con ellos? Es mucho mejor verlos en los árboles disfrutando su libertad.
- Si, es lindo, pero si están libres no me cuentan historias.
- ¿Cómo?
- Si mámá, a la hora de la siesta, cuelgo las jaulas en los árboles, el pitanguero, el limonero y me siento como distraído debajo de ellos. Si me quedo quieto y callado los canarios comienzan a contar historias.
- Por favor Santi, ¿y cómo son esas historias?
- ¡Ay! mamá, son casi siempre de terror. Por ejemplo me cuentan lo que pasó hace mucho en el altillo y otra de dos niñas que eran hermanas y se contaban cuentos sentadas en las higueras del gallinero.
- ¿Que cuentos?
- Cuentos así, como los que cuentan ellos.
- Santi, vamos a comprar el pájaro. Ojalá, a mi también me cuenten cuentos.
Salieron de la mano.
Autora: Belcha, 12 de mayo de 2008
La creatividad bien entendida empieza por...
En ella publicaremos manifestaciones artísticas de los integrantes del Departamente, de amigos, familiares y de todos nuestros lectores que quieran colaborar.
Esperamos que pronto podamos disponer de una verdadera galería de expresiones creativas con los aportes de todos.
Más allá del arte, nos importa que se ponga de manifiesto la energía creadora que hay dentro de todos cualquiera sea la forma de manifestarse: dibujos, fotografías, videos, pintura, música, danza, etc.
¡Vamos arriba, que no se nos seque la imaginación ni nos trague la apatía! ¡A desempolvar los viejos poemas, las fotos de miles de atardeceres atesoradas en aquel álbum de lejanas vacaciones de verano, garabatos encerrados entre hojas de cuaderno o en carpetas amarillentas, cuentos perdidos en archivos de computadora escritos en quien sabe que procesador de texto, canciones grabadas en algún campamento bajo el estimulo de las caipirinhas fogoneras!
¡Qué nunca falte!
El Hospital de Clínicas receta “Jarabe de risas”
Por Mariana Monné
Auspiciado por el Departamento de Psicología Médica, en coordinación con las Damas Rosadas, SaludArte se ha integrado al Hospital de Clínicas con su Programa de Mediación Artística denominado “Jarabe de Risas”. La actividad se realiza en los distintos servicios médicos del Hospital.
Desde el mes de mayo, la Fundación SaludArte trabaja junto a los equipos de salud del Hospital de Clínicas, en una nueva propuesta metodológica que tiene por objetivo promover la salud a través de la mediación artística y la animación cultural. Si bien el hospital ya cuenta con espacios de recreación a cargo de las Damas Rosadas, éstos se orientan principalmente hacia aquellos pacientes aptos para movilizarse e interactuar, dejando por fuera a los pacientes críticos que por alguna razón deben permanecer en su lecho o incluso aislados y, por otra parte, tampoco contemplan a los acompañantes de los pacientes y al propio personal de servicio.
Por su parte, SaludArte realiza una tarea distinta a la recreación que incluye al personal y a aquellos pacientes incomunicados; pues comprende que una vez dentro del microcosmos del Hospital, todos somos partícipes del dolor, en mayor o menor medida, y por tanto es imprescindible sensibilizar y generar conciencia de que, tanto la salud como la enfermedad, son aspectos de un mismo proceso. Como afirma la psicóloga Rasia Friedler, directora de la fundación, “nadie está del todo sano y nadie está del todo enfermo. A través del arte y el humor nos proponemos facilitar salidas metafóricas, como si corriéramos el cursor hacia el lado de la salud”. De esta forma, la Fundación busca potenciar los aspectos positivos y reposicionar al paciente, creando una nueva perspectiva más allá de su condición a través de un juego
creativo que le permita sobrellevar la realidad, aliviando la ansiedad y la
frustración.
“al entrar al hospital, este parece una pequeña ciudad”
El trabajo que realiza la Fundación, hace ya nueve años, no se reduce a ningún espacio ni público en particular, sino que se ofrece a quien lo necesite y acepte. Los espacios posibles son amplios, así como el alcance de la propia actividad, y en ese sentido SaludArte reconoce que, una vez derribadas las fronteras de la indiferencia y de los prejuicios, los resultados son siempre positivos.
“el arte es un lenguaje universal”
La tarea no se acota a la intervención solamente, sino que comienza mucho antes, con la capacitación y preparación de los “mediadores artísticos” que la realizan y termina, posteriormente, con la evaluación que éstos hacen respecto a su efecto en el paciente. Los “mediadores” son personas preparadas para este fin, la mayoría con talentos y conocimientos previos, y siempre con muchas ganas y disposición de provocar una mejora en la realidad y la calidad de vida del otro.
Concretamente, las intervenciones (clown, narración oral, musicoterapia, títeres, escritura creativa, teatro, danza) son realizadas por dos mediadores, junto con el coordinador del Programa y otros agentes de salud del hospital. El programa es supervisado por la directora de la Fundación.
Es importante aclarar que lo que estos artistas y profesionales realizan no es un show, donde el paciente es un mero espectador, sino que buscan construir conjuntamente con el paciente una escena, extrayendo de sus sentimientos y opiniones la propia trama del juego. De esta forma se intenta cambiar el clima hospitalario, dejando atrás las tensiones y ansiedades, en pos de una nueva perspectiva más positiva de las cosas.
“llegué temprano y me puse a tocar la flauta despacito en el pasillo,
y un guardia de seguridad me pidió que me fuera”
La incorporación de la Fundación SaludArte a la tarea del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina es más que oportuna, en vistas del Congreso Mundial de Calidad de Vida a celebrarse próximamente, según lo expresó la Prof. Laura Schwartzmann, directora del Departamento de Psicología Médica, cuyo eje principal es la idea de que la mejora de la calidad de vida no radica en un cambio de diagnóstico, sino en un rescate de las potencialidades del paciente, partiendo de la base de que el bienestar influye directamente sobre su inmunidad.
"para la vida no hay ensayo, pero el teatro nos permite ensayar la vida y ver de forma más clara nuestros roles para poder cambiarla”
Montevideo, 8 mayo de 2008