Prof. Dr. Angel M. Ginés
Director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina
Conferencia pronunciada el 29 de noviembre de 2007 en el 4° Encuentro Nacional de FEMI realizado en el Hotel Argentino de Piriápolis
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En su conferencia el Dr. Ginés toca aspectos relevantes de la participación de los médicos en el nuevo SNIS. Resalta el compromiso político y social del médico con miras a un sistema de salud que procura la equidad, la universalidad, la calidad y la eficiencia de los servicios de salud.Menciona la imprescindible necesidad de mejorar las condiciones del trabajo médico y de los equipos asistenciales.
Destaca la importancia de la participación de los trabajadores de la salud en la evaluación y gestión del sistema. En especial se refiere a la evaluación permanente del Sistema para asegurar el logro de los objetivos y el nivel de calidad, tanto desde los parámetros objetivos como subjetivos a partir de la opinión de los usuarios.
Se refiere a la importancia de implementar instancias de docencia e investigación en todos los efectores del Sistema y subraya el rol fundamental de la Universidad y la Facultad de Medicina en la formación de los recursos humanos en salud.
Para nosotros como formadores de médicos tiene especial relevancia el siguiente pasaje:
"Cuando los cambios son profundos y no mera cosmética, los fantasmas desbordan el escenario. Tal si fuéramos arrojados a lo desconocido, nos sentimos sin Biblia ni maestro que señale el camino para los nuevos rumbos. Se espera de nosotros, por los ricos antecedentes del movimiento médico y universitario, que impulsemos los cambios con aportes innovadores y, en especial, con una actitud ponderada, retirando del fuego de las emociones los leños innecesarios. Con fuerza y firmeza en lo esencial, pero con benevolencia en las maneras.
Seres políticos, en tanto humanos; pero con decidida condición de médicos.
El desarrollo continuo y permanente de la personalidad y el rol social del médico constituye el componente principal de nuestra práctica. Personalidad y rol social se fraguan en la historia personal del médico y en la circunstancias de su existencia; esos pilares cardinales no son transferibles directamente desde la actividad educativa, aunque ésta ha de abrirle amplios espacios.
Dos aspectos, que resultan indispensables en la persona del médico - y que Salamanca no presta - incluyen: el desarrollo de sus sentimientos sociales y la capacidad de transitar en la penumbra y el enigma sin violentar a las personas con teorías, dogmas o prácticas ritualizadas de recetas, exámenes y procedimientos.
Nuestra sociedad aspira a disponer, en cantidad y en calidad, de buenos médicos. Un buen médico, en tanto su tarea es ocuparse de personas, es a la vez un médico bueno, es decir una persona suficientemente buena. Con disposición solidaria, calidad vincular y comunicativa, con cierto espesor y madurez en los problemas humanos universales: amor, muerte, dolor, locura, discriminación; abierto a los dilemas éticos de la práctica cotidiana; activamente comprometido con los asuntos políticos y sociales implicados en la bienestar de nuestros semejantes. Con un arte afinado en técnica y ciencia que ilumine sobre los procedimientos empleados y los resultados obtenidos. Tratando de avanzar el arte médico (o mejor diremos hoy, arte en salud/enfermedad) -que nunca deja de serlo- a un arte sostenido en comprobaciones."